¿Qué hay detrás de Dulceida? Eso se preguntan los que escuchan hablar por primera vez de Aida Domenech (1989), una joven bloguera que en 8 años se ha convertido en un icono en el mundo de la moda y el estilo por méritos propios, siguiendo unas directrices claras y con un equipo que la rodea que sabe muy bien lo que hace. Entre ellos, Lucas Lorén (editor) y Sergi Pedrero (representante).
Sin focos ni posados de por medio, Aida es una chica de lo más normal. Agradable, espontánea y sin morderse la lengua, nos cuenta qué hay detrás de su éxito en Internet. A pesar de las ideas preconcebidas sobre una bloguera que trabaja con firmas como Gucci, Levi’s o Roberto Cavalli, cree que su canal en YouTube ha ayudado a que lectores de su blog y redes sociales la conozcan mejor: “pensaban que iba de diva y superficial y ahora me han desvirtualizado; ven que me comporto como soy con mis amigos y familia”.
Aun volcándolo todo a YouTube, su visión de la plataforma no es tan de color de rosa cuando le hablamos del ejemplo que dan los youtubers a los más pequeños. “Los niños de 11, 12, 13 años… no deberían ver YouTube. Yo no hago nada malo, pero a veces salgo fumando o bebiendo algo de alcohol… y tengo seguidores pequeñitos […]. El mensaje es que hay que dar una buena educación, porque la mayoría de gente en YouTube se muestra sin prejuicios, y eso hace también que la nueva generación crezca mejor.”
Su siguiente paso en su expansión en Internet —ya tiene su libro Guía de Estilo en el mercado— será Dulceida Shop, una tienda on line donde habrá joyas, bañadores e incluso ropa diseñada por ella misma; además, si hay algo que tiene claro es que quiere seguir en esto, siempre: “las redes y el mundo de la moda evolucionan, y yo lo hago y lo haré con ellas”.
A pesar de eso, tiene una espina clavada: “Me gustaría ser actriz, que es lo que he estudiado y me he preparado para ser […]. A algunos directores les parece raro ver una película y que de repente salga Dulceida”, comenta, mostrando una cierta frustración.
Pasado un rato, se pone seria cuando le hablamos de cómo es fácil copiar exactamente lo que hacen youtubers relevantes: “YouTube lleva mucho tiempo abierto y yo poco en él, pero en mi canal siempre hemos hecho algo diferente gracias a mi editor. Nos inspiramos en Quién quiere casarse con mi hijo y ahora no cuento con las manos la gente que trata de imitarlo.»
Una cosa es inspirarse y la otra que copien, hagan los mismos gestos y pongan los mismos iconos”. A pesar de eso, ella está muy tranquila: “la gente lo ve y lo pone en los comentarios, y al final, quien vale, vale, y quien no, no… y se ve. También es señal de que lo estamos haciendo bien”.
La expresión the dreamers la define pero, a pesar de ir con paso firme, hay quien arroja críticas destructivas a todo lo que hace, y deja una frase para ellos: “estoy acostumbrada a la envidia pero no a sentirla, sino a provocarla”, mientras que ensalza a los que la respetan: “para los que me respetan sólo tengo amor y gracias… y así una cinta que durara toda una vida”.
“Me gustaría que me recordasen como alguien natural, que ha mostrado sus miedos —que los he tenido— y que con sus vídeos ha ayudado a gente a superarlos y afrontar etapas de su vida”.
© Natalia Fuster