Desde hace años he sentido admiración hacia los artistas auténticos. No me refiero a los que venden muchísimos discos y son conocidos a veces sin saberse el porqué, sino de los que sorprenden por su capacidad de hacer, con poquísimos elementos, un espectáculo único y personal, ya sea a nivel vocal o escénico. Los que representan sobre el escenario una versión de ellos mismos tal como son, sin máscaras, sin amaños ni trampas.

Siempre he pensado que, antes o después, cada uno recoge lo que siembra, pero en la industria musical hay factores que se nos escapan incluso a los que, por una cosa u otra, estamos en contacto con empresas del sector. Uno no graba un disco y si se vende es porque gusta y ya está, pero entiendo que quien sólo ve esa parte pragmática –y romántica– por redes sociales pueda llegar a creerse la «novedad» de las listas de éxitos, o que hay canciones que suenan en la radio porque deben ser «buenas» y no porque algún mandamás de la empresa se lleva bien con el representante del artista en cuestión.

Por ese motivo, y por mi inquietud hacia esos artistas únicos, con talento y algunos incluso incomprendidos, decidí crear la web Real Music. Me gustan las personas con una historia detrás, que no basan en su popularidad su validez como artistas… y me alegra haber «coincidido» con algunos. He entrevistado in situ a Chenoa y, por internet, al grupo a capela SuperVoices, a las artistas americanas Stacie Orrico y Christina Grimmie, a la noruega Miia, y he podido escribir crónicas de conciertos de Pablo López, Ruth Lorenzo, Georgina, Chenoa y Sweet California. También he hecho fotos en los conciertos de Pablo López, Zahara, Love Of Lesbian, Hinds, Chenoa, Georgina, Carlos Sadness, Brigitte Laverne, The Grooves, Go Cactus, Cariño, Amatria, Luis Alberto Segura y Lava Fizz.

Dejando de lado todo lo hecho, si una entrevista ha sido importante y especial para mí es la que le hice a la cantante y compositora americana Christina Grimmie. Sin duda, era la artista más relevante a la que había entrevistado nunca, y estaba orgullosa y agradecida por ello. Era diferente. Natural. Era ella… Por ese motivo, su muerte –mientras firmaba autógrafos– a manos de un loco me afectó hasta el punto de dejar de escuchar su música por la tristeza y el sentimiento de frustración que me provoca todavía hoy y que tendré para siempre.

A pesar de todo, la música es mi fiel compañera de viaje. Me hace soñar, creer en el presente, tener ganas del futuro y, a la vez, entender el pasado. Si os pasa lo mismo, os invito a Real Music.

Fotografías: © Natalia Fuster